Los drones o UAV (vehículos aéreos no tripulados, por sus siglas en inglés) llevan años utilizándose para distintos propósitos: desde grabar películas o anuncios a analizar la calidad del aire, pasando por su uso militar. Su uso en logística se está estudiando y la mayoría de las grandes empresas dedicadas al ecommerce o a la distribución de mercancías están haciendo pruebas para ver su viabilidad.
Amazon ya empezó a hablar hace tiempo de transportar paquetes con drones. Aunque, en su momento, parecía más ciencia ficción que realidad, la compañía hizo el primer envío real mediante un dron a un cliente suyo en Reino Unido hace seis meses, tan solo 13 minutos después de que éste realizase la compra.
Y no es la única empresa que ve en los drones el futuro de la entrega de mercancías. DHL, por ejemplo, comenzó hace años a investigar la viabilidad de entregar paquetes con drones, y ya en 2014 probó el sistema para enviar medicamentos a una isla a 12 kilómetros de la costa del norte de Alemania, un lugar donde era necesario utilizar transbordadores con un horario definido para poder entregar cualquier mercancía. Desde entonces, la compañía ha continuado utilizando drones para el envío de medicamentos a este lugar.
Retos para el transporte de mercancías con drones
Sin duda, y de cara al futuro, los drones se integrarán en los procesos de distribución de mercancías, especialmente en la última milla, para llegar a lugares con difícil acceso o para entregas urgentes. Sin embargo, para que realmente puedan utilizarse estos zánganos del aire – la palabra dron viene del inglés “drone”, que significa “zumbido” o “zángano”- con el objetivo de entregar mercancías, deben darse unas circunstancias que propicien su desarrollo.
Por un lado, desde el punto de vista tecnológico, se tendrá que mejorar la autonomía y la capacidad de carga de los drones. Aunque las pruebas que se han hecho hasta la fecha implicaban paquetes pequeños, de 1 a 3 kilos, es de prever que la tecnología permita en un futuro transportar paquetes más pesados. Lo mismo ocurre con la autonomía, que hoy en día oscila alrededor de media hora, aunque ya hay drones que prometen hasta cuatro horas de vuelo ininterrumpido.
Pero los retos tecnológicos no son ni mucho menos los más importantes. La normativa que regula el espacio aéreo y la seguridad son dos de las cuestiones más importantes que deben regularse para que el desarrollo de los drones como parte del proceso logístico se lleve a cabo con éxito. En España se espera que en las próximas semanas se apruebe una nueva ley que regule el vuelo de UAVs y que será más permisiva que la ley 18/2014, que es la que en la actualidad pone límites al uso de drones y que restringe el vuelo más allá del alcance visual.
Esta ley, la 18/14, permite el vuelo de drones sobre ciudades siempre y cuando no se superen los 10 Kg de peso, con una altura máxima de 120 metros y con una distancia horizontal de máximo 100 metros desde el piloto, con el fin de mantener el contacto visual. Además, hay que mantener una distancia de seguridad de 50 metros ante cualquier persona o vehículo, y de 150 metros respecto a los edificios.
Por último, pero no menos importante, nos encontramos con el tema económico, ya que los costes aún tendrían que reducirse considerablemente para que merezca la pena incorporar drones a los procesos de entrega de mercancía.
Es decir, en estas condiciones, y sin tener aún definido el espacio de circulación aéreo ni los lugares donde estos dispositivos podrán aterrizar, en un plazo corto de tiempo se hace difícil imaginar un cielo poblado por drones que nos traigan los paquetes a la puerta de casa, al menos en grandes ciudades.
De cara al futuro
Sin embargo, su uso para transporte interno dentro de fábricas o de almacenes logísticos se hace mucho más evidente y real a corto plazo. Y a medio plazo, cuando se hayan solucionado los retos económicos, tecnológicos y normativos, todo indica que veremos drones entregando paquetería urgente.
Sus posibilidades son muchas, y no solo se ganaría en rapidez sino que los UAVs aplicados al proceso logístico aportarían otras ventajas, como reducción del tráfico y de la contaminación en las ciudades. Sin duda, los drones son una apuesta de futuro para cualquier empresa de entrega de mercancías y formarán parte de las ciudades inteligentes en las que viviremos en los próximos años.