En España hay alrededor de 1,87 millones de coches de empresa, incluyendo turismos y vehículos ligeros entre otros*.
Un estudio realizado por RAC Business concluyó que 9 de cada 10 conductores de coches de empresa admiten conducir a mayor velocidad de la permitida en las autopistas, y casi la mitad declara romper los límites de velocidad en la mayoría de sus recorridos, prácticamente el doble que los conductores de vehículos privados (26%).
Por tanto, en el caso de que a un conductor de un coche de empresa le pongan una multa por exceso de velocidad, ¿quién es el responsable? ¿El empleado o el empresario? ¿O ambos? Veamos la respuesta…
El proceso
Primero, veamos qué ocurre cuando alguien es sorprendido a más velocidad de la permitida.
Para empezar, depende de las circunstancias. Si le para la policía, tendrá que aportar su documentación. También es su responsabilidad avisar del incidente y de cualquier consecuencia a su empleador.
Si es un radar el testigo de la infracción, se enviará una sanción a través del correo al depositario del vehículo, que para la mayoría de los coches será la empresa. En caso de que el coche sea de alquiler, esta multa se enviará a la compañía de leasing.
La compañía que reciba la notificación será plenamente responsable de identificar al conductor, y si no lo hace, puede considerarse que está infringiendo la ley. Si no está en posición de identificarlo, Tráfico podrá imponer a la empresa una multa de hasta el triple de la correspondiente a la infracción cometida.
Responsabilidad compartida…
Como es lógico, la responsabilidad en última instancia por cómo se conduce un vehículo, corresponde al conductor. Pero las cosas se complican cuando el vehículo se utiliza por motivos laborales, sin importar a quién pertenezca.
Cuando un conductor usa un coche para trabajar, ya sea como parte esencial de sus tareas diarias o para realizar un corto trayecto a una reunión, el empleador comparte la responsabilidad de asegurar que el vehículo está en condiciones y es seguro.
La legislación obliga a las empresas a velar por la seguridad de sus conductores y esto también se aplica en la carretera, no solo en la oficina.
Por tanto, el empleado es responsable de haber excedido el límite de velocidad, pero puede haber consecuencias para la empresa si el comportamiento del conductor provoca un accidente y ésta no puede demostrar que ha cumplido con su obligación de cuidar a sus trabajadores.
Excesos de velocidad: el coste real
Un conductor que es atrapado por encima del límite de velocidad recibirá una multa, que normalmente deberá pagar él, y perderá ciertos puntos de su carnet. Esto último supone no sólo un perjuicio para el empleado, sino también para la empresa, que puede ver cómo sube su prima del seguro o que incluso tendrá que buscar sustituto en el caso de que se retire la licencia al trabajador. Un informe de comparethemarket.com sugiere que los conductores que acumulan seis puntos de penalización, podrían sufrir un aumento en su prima del seguro de un 76%.
Además, según una investigación de LexAutolease, las infracciones con coche de empresa, y sus multas asociadas, han aumentado un 25% en los últimos dos años.
Por supuesto, los excesos de velocidad implican otros costes. Por ejemplo, conducir 140 km/h incrementa el consumo un 30% más respecto a circular a 120 km/h, lo que puede suponer un gasto importante incluso para las flotas más pequeñas.
Conclusión
¿Por tanto, quién es responsable del exceso de velocidad en los automóviles de la compañía? El conductor – puro y simple.
Pero como empleador también puede verse afectado. Un sistema telemático es una manera rápida y efectiva de monitorizar y medir el estilo de los conductores, y que ayuda a impulsar la eficiencia, ahorrar dinero y hacer la vida más fácil y segura para los trabajadores. Además aumenta la productividad desde el mismo momento de su implantación y permite mejorar el servicio al cliente con nuevos servicios y aportando valiosa información.
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*Datos de la consultora MSI para el año 2017.