Desde 2012, año en que la Unión Europea publicó su primer decreto sobre este tema, las grandes empresas están obligadas a realizar una auditoría energética, en la que se analice el consumo de energía, sus ineficiencias y su potencial de ahorro, junto con las medidas de ahorro adecuadas.
Este decreto de la UE se engloba dentro del Objetivo 20/20/20, que los países miembros pactaron con el fin de reducir un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2020, por lo que es de vital importancia seguirlo.
Para la realización de una auditoría energética se suelen utilizar datos del consumo energético de las instalaciones, proporcionados por los contadores de la electricidad, el gas, etc. Sin embargo, en el caso de las empresas de transporte, también hay que considerar los datos de los vehículos, que son uno de los activos más importantes de cualquier compañía del sector.
Las peculiaridades de las empresas de transporte
En una auditoría para el sector del transporte, hay que considerar, además de los datos de consumo de las instalaciones, como oficinas o almacenes, datos sobre el consumo de combustible. Por ejemplo: consumo medio anual y mensual de combustible a nivel empresa, consumo medio anual y mensual por cada tipo de vehículo, consumos por conductor, tanto a nivel anual como mensual, etc.
También se deben tener en cuenta los distintos tipos de combustible, así como los vehículos eléctricos para transporte de pasajeros con que cuente la flota, si es el caso.
El problema a la hora de recopilar todos estos datos es que estamos hablando de una cantidad ingente de información, difícil de manejar, y proveniente de fuentes diversas, como lecturas de kilometraje de tacógrafos, repostajes de combustible, consumos medios de los vehículos, etc.
Hay que tener en cuenta que los datos difieren por tipo de vehículo, pero también por conductor, ya que el estilo de conducción es fundamental a la hora de determinar el consumo energético de la flota. Por tanto, en muchas ocasiones, la tarea de recopilar y ordenar toda esta información es ardua.
El siguiente paso para la realización de una auditoría energética es la realización de visitas técnicas, tanto a las instalaciones de la empresa como a los propios vehículos, con el fin de tomar mediciones in situ.
Tras analizar todos los datos, se elaborará un informe final, donde se describirá la situación actual desde el punto de vista energético y se propondrán diferentes alternativas de ahorro, junto con el potencial ahorro estimado.
La utilidad de una auditoría energética
Para una empresa de transporte, el coste de la auditoría dependerá del tamaño y complejidad de la flota, es decir, de los tipos de vehículos que incluya, de si cuenta con flota gris, etc. Aunque no es una cantidad desorbitada, es un coste para cualquier empresa. Sin embargo, si se ponen en marcha las medidas el ahorro energético para la empresa será muy importante y se recuperará la inversión en un plazo breve de tiempo. Por no hablar de la importancia de contribuir a evitar el cambio climático reduciendo al máximo las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.
El papel de los sistemas telemáticos en una auditoría energética
En una auditoría energética el papel de los sistemas telemáticos, como Webfleet de Webfleet, es de vital importancia. Por un lado, ayudan a recopilar de forma muy sencilla todos los datos necesarios provenientes de los vehículos: consumos y emisiones reales por vehículo y por conductor, datos de tacógrafo, etc.
Además, una vez puesto en marcha los planes de ahorro energético, pueden ayudar a monitorizar los avances, e incluso a poner en marcha políticas de fomento de una conducción responsable de la flota. En Webfleet hemos visto ahorros de hasta un 20% solo en combustible mejorando el estilo de conducción.