Cuando hablamos de cadena de frío o de transporte a temperatura controlada, lo más habitual es pensar en alimentos perecederos, congelados, etc. Pero hay un sector para el que supervisar la cadena de frío es tan importante como para la industria alimentaria: el farmacéutico.
Muchos productos farmacéuticos necesitan estar a temperatura controlada, como por ejemplo las vacunas, los reactivos para los análisis clínicos y los preparados biológicos o biotecnológicos.
Pongamos un ejemplo, las vacunas que usan virus vivos, aunque debilitados, como la triple vírica, que protege contra el sarampión, las paperas y la rubeola, corren el riesgo de que la carga viral se descontrole (lo que causaría una reacción mucho mayor en el paciente) o muera (lo que la haría inservible) si no se conserva a la temperatura adecuada.
El momento del transporte, crucial para mantener la cadena
En este sector, el momento más delicado es precisamente el del transporte. Por eso es fundamental monitorizar la temperatura en todo momento y garantizar que los medicamentos han estado dentro del rango establecido durante su transporte.
Según la normativa europea, reflejada en la Guía de Buenas Prácticas para la distribución de medicamentos del 5 de noviembre de 2013, se necesario notificar si ha habido una desviación de la temperatura durante el transporte, tanto al distribuidor como al receptor del producto.
¿A qué temperatura deben estar los medicamentos?
Dependiendo del tipo de medicamento que se esté transportando, puede oscilar entre los 190 grados bajo cero hasta los 20 grados centígrados. Aunque lo más habitual es que se utilice la temperatura de refrigeración de 2 a 8 grados centígrados.
Este tipo de transporte se suele realizar en camiones equipados con sistemas de producción de frío, aunque para distribución local pueden usarse vehículos isotérmicos. En ningún caso los medicamentos pueden compartir espacio con otro tipo de productos, por lo que suelen usarse vehículos específicos para este cometido.
¿Qué podemos hacer para controlar la temperatura?
Damos por hecho que el vehículo está acondicionado para transportar medicamentos y que cumple las condiciones que marca la guía de buenas prácticas que hemos mencionado. Por tanto, lo primero que podemos hacer es instalar un registrador de temperatura que pueda medirla en distintos lugares del vehículo. Esto es básico y cualquier camión o furgoneta en el que se transporten productos que necesitan estar refrigerados lo tiene.
Lo siguiente será comunicar dicho registro con la solución de gestión de flotas del transportista, que alertará tanto al conductor como al gestor de la flota de cualquier cambio en la temperatura de la mercancía. La solución de gestión de flotas de Webfleet garantiza además la trazabilidad de la temperatura durante todo el proceso de transporte, por lo que puede aportarse como prueba de que el transporte se ha realizado correctamente durante todo el recorrido.
Si quieres saber más sobre cómo monitorizar y garantizar la trazabilidad de la cadena de frío en el transporte de medicamentos, puedes visitar esta página.
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- Tendencias y desafíos en transporte refrigerado para productos perecederos
- 5 tips para optimizar el transporte frigorífico por carretera
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