La inmediatez se ha convertido en una necesidad para el ser humano. Todo lo que hacemos lo compartimos de forma urgente con nuestros amigos y familiares. Queremos acceso a nuestro banco desde cualquier lugar y cualquier momento. Si necesitamos una cita médica, también queremos gestionarla cuanto antes, y lo mismo ocurre con cualquier actividad de nuestro día a día.
Esta misma rapidez que demandamos a la hora de comunicarnos con los demás, de obtener información o de gestionar cualquier actividad, es la que pedimos cuando compramos a través de internet. De hecho, según la AECOC (Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores), la inmediatez es la primera tendencia en logística en 2017. Prueba de ello ya lo estamos viendo en compañías como Amazon, El Corte Inglés o Media Markt, que ya tienen en marcha servicios de entrega en dos horas desde la compra.
Los retos logísticos del ecommerce
En la actualidad, hay cerca de 16 millones de españoles de entre 16 y 60 años que compran online, y parece que esta cifra continuará creciendo, según la Comisión Nacional de Mercados y Competencia. Y hay más cifras que lo demuestran: según DBK, el negocio logístico relacionado con la venta online facturó 1.100 millones de euros en España durante el pasado año, lo que representa el 15% más que un año antes, y la previsión para 2017 es de 1.500 millones, el 18% más.
La entrega inmediata será uno de los puntos a considerar para que estos 16 millones de personas se decidan entre una tienda de ecommerce u otra. Es más, como indica IAB Spain, el 26% de los españoles estaría dispuesto a pagar un poco más a cambio de una entrega de este tipo. No es de extrañar, teniendo en cuenta que otras consultoras, como Trusted Shops, afirman que el 72% de los compradores apuntan al incumplimiento de los plazos de entrega en el transporte como el principal problema a la hora de comprar online.
Por esta razón, las tiendas que operan a través de Internet buscarán compañías de mensajería especializadas que sean capaces de adaptar sus entregas a las condiciones del comprador. E incluso pondrán en marcha nuevos modelos logísticos, donde el usuario pueda decidir dónde recibir sus compras (tiendas, consignas, terminales automatizados, etc.).
Ya estamos viendo ejemplos de esto último. Correos ha tenido que reinventarse para adaptarse a los nuevos tiempos y ya tiene instalados más de 2.000 terminales automatizados en comunidades de vecinos o en lugares de paso. Es una forma de evitar entregas fallidas.
Tecnología para superar estos retos
Aquí es donde la tecnología de gestión de flotas puede ayudar con soluciones que ponen en comunicación constante a los mensajeros con la oficina, que les irán entregando órdenes de trabajo según su posición y cercanía al punto de recogida.
Por ejemplo, la tecnología de gestión de flotas moderna posibilita la asignación de trabajos al mensajero que ofrezca un menor tiempo de llegada, teniendo en cuenta no solo su localización, sino también el tráfico y el resto de trabajos que tenga en cola.
Mientras tanto, los clientes pueden estar informados en todo momento sobre sus entregas y horas de llegada previstas. Gracias a la información en tiempo real, se puede ver el progreso de los conductores y avisar rápidamente si se produce un retraso.
También permite supervisar y demostrar las entregas, a través de informes precisos sobre las horas de llegada, el kilometraje realizado, así como registrar la firma de acuse de recibo del cliente. De esta forma, la empresa de mensajería puede demostrar a la tienda que ha realizado su trabajo en el tiempo convenido.
Otro punto a favor de contar con la tecnología de gestión de flotas más moderna es la posibilidad de realizar informes automáticos, tanto para la oficina como para los conductores. Así se reducen los gastos administrativos, ya que no tendrán que destinar parte de su tiempo al papeleo.
Por último, no hay que olvidar, que gracias a los sistemas de gestión de flotas se pueden reducir gastos de combustible, costes por mantenimiento y seguros, así como supervisar el estilo de conducción promoviendo una conducción responsable entre los mensajeros.
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