La gestión del almacén comprende distintos apartados, como puede ser el aprovisionamiento, los inventarios, la administración del espacio y la preparación de los pedidos y su distribución. Pero además, hay que tener en cuenta muchos otros factores, como la identificación y etiquetado del producto, la fecha de caducidad, la localización o el mantenimiento del almacén y de la maquinaria (grúas, montacargas, etc.), para que todo fluya de forma óptima.
Una buena gestión del almacén es vital para poder ofrecer los productos adecuados en el tiempo estipulado a los clientes. Si además se trata de bienes perecederos, su administración y manipulación deben ser aún más cuidadosas.
La gestión del almacén y la del transporte de la mercancía están íntimamente ligadas. Si las dos funcionan correctamente, se garantiza en gran medida el éxito de la empresa. Es más, con una buena gestión de almacén es posible mejorar los tiempos de entrega a los clientes, ya que se puede coordinar el transporte para que llegue en el momento exacto para cargar la mercancía, de forma que ésta salga sin esperas hacia su destino.
Vamos a darte algunas claves para que la gestión del almacén sea correcta:
- En él deben constar todos los artículos que haya en el almacén de forma detallada (cantidad, caducidad, desperfectos, etc.). De esta forma, pueden ofrecerse promociones sobre los productos de los que haya demasiada cantidad y desechar aquellos que están dañados y que ocupan espacio.
- Establece el flujo de salida de la mercancía. Por ejemplo, si quieres que los elementos que estén más cercanos a la fecha de caducidad sean distribuidos antes, deberían estar más cerca de la salida.
- Distribución de zonas de almacén. Es importante mantener el almacén ordenado, de forma que siempre sea sencillo encontrar la mercancía. Por tanto, es útil dividir el espacio por sectores, por ejemplo dependiendo de la intensidad de rotación de los productos, de su tamaño o forma, etc.
- Etiquetado. Cada producto debe estar correctamente etiquetado, de forma que sea sencillo encontrarlo. Además, situar carteles en el almacén que faciliten la ubicación de la mercancía también puede ser de gran ayuda. Las etiquetas RFID, que permiten trazar el recorrido y la situación en tiempo real de los productos son muy útiles para conocer el estado de la mercancía y para facilitar la gestión del inventario.
- Debe establecerse cuál será el recorrido de los operarios y de las máquinas, de forma que las distancias sean cortas y las maniobras sencillas. También es una forma de mitigar posibles accidentes.
- Protege la mercancía. Por último, un tema que también es importante: la seguridad, ya que los robos en los almacenes están a la orden del día. Si es posible limitar el acceso a una única puerta, será más sencillo mantener la mercancía protegida. Asimismo, hay sistemas de cámaras que permiten detectar intrusiones y dar aviso a las personas adecuadas. Respecto al inventario, éste debe ser realizado por alguien que no esté relacionado directamente con el almacén, con el fin de evitar robos internos. También se pueden crear zonas restringidas, donde solamente personal autorizado pueda entrar con la identificación pertinente.
Todo esto, complementado con un sistema de gestión de flotas, optimizará el flujo de carga y descarga, así como el transporte y la distribución de los productos.
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