Ante la perspectiva de la retirada de los vehículos de gasolina y diésel, es posible que te estés planteando adoptar vehículos eléctricos (EV) para tu flota. Si es así, probablemente te preguntes cuáles son las diferencias con las flotas convencionales, sobre todo en lo que se refiere al repostaje.
Como operador o gestor de flotas, querrás conseguir las mejores ofertas de combustible y gestionar los costes. Y sabes que la introducción de vehículos eléctricos lo cambia todo. Como directora de Ventas de Transición Energética de Eaton, empresa de gestión inteligente de la energía, sé lo complejo que puede resultar para las flotas abandonar la gasolina y el gasóleo (¡hay tanto en lo que pensar!).
Al mismo tiempo, me entusiasman las nuevas oportunidades que puede ofrecer la electrificación de la flota. Estoy encantada de explicarte algunas de las posibilidades. Pero para que estas oportunidades tengan sentido, debemos analizar el contexto al que se enfrentan actualmente las flotas como la tuya. Comencemos.
El contexto de la electrificación de la flota
El precio de los combustibles fósiles sigue siendo un gran problema para la mayoría de las flotas. Por eso no me sorprende que los gestores de flotas se hagan preguntas como: ¿Pueden los vehículos eléctricos ayudarme a reducir costes y, en caso afirmativo, cuándo y cómo debo hacer el cambio? Pero no es sólo una cuestión económica.
La política y la normativa hacen que el motor de combustión interna esté a punto de pasar a la historia. Tanto la UE como el Reino Unido prohibirán la venta de coches y vehículos industriales ligeros con motor de combustión interna de aquí a 2035. El mes pasado, la UE anunció un calendario para reducir las emisiones de los camiones y autobuses diésel, con la venta de estos vehículos prácticamente eliminada para 2040.
La Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente de la UE pretende lograr, entre otras muchas cosas, una reducción del 90% de las emisiones del sector del transporte de aquí a 2050 y la instalación de una infraestructura que soporte tres millones de cargadores de vehículos eléctricos de aquí a 2030. Hablando de infraestructuras: en el marco de su política “Fit for 55”, la UE pondrá en marcha normativas como el Reglamento sobre infraestructuras de combustibles alternativos (AFIR) y la Directiva sobre eficiencia energética de los edificios (EPBD).
En virtud de la AFIR, la UE prevé desplegar estaciones de recarga rápida a lo largo de las principales vías de transporte del continente, a partir de 2025. La EPBD, por su parte, obligará a aumentar los índices de renovación de edificios, y los nuevos deberán ser de cero emisiones para 2030. Parte de la EPBD implica la instalación de infraestructura de recarga de EV en todos los edificios privados nuevos y existentes. Los países no pertenecientes a la UE también avanzan en una dirección similar a la de la EPBD.
Además de todo lo anterior, los fabricantes de vehículos están dando prioridad a la comercialización de sus modelos de EV, lo que hace muy deseable conducir un vehículo eléctrico, ya sea por trabajo o por ocio. Por lo tanto, el cambio a los EV se está popularizando entre los conductores profesionales, muchos de los cuales desean pasarse a la conducción eléctrica. Así pues, las flotas que buscan una nueva forma de retener a los conductores pueden albergar esperanzas en la electrificación.
Los aspectos económicos, normativos y sociales del cambio al EV están totalmente alineados. Existen oportunidades para traducir todo esto en la mejora de tu propia estrategia de electrificación de la flota.
Optimizar los costes operativos de la recarga
La electrificación de las flotas debe tener en cuenta seis pilares fundamentales: la infraestructura de carga, los costes de carga, el uso de la energía, el estado de las baterías, la planificación del trabajo y la optimización empresarial. La infraestructura de carga y el uso de la energía son fundamentales para la estrategia de electrificación de cualquier flota, por lo que me centraré principalmente en estas dinámicas.
Es fácil imaginar que las necesidades de carga de EV de una flota pueden ser cubiertas por un proveedor comercial a cambio de una tarifa única, como si se pagara en el surtidor de combustible. Pero no hay que limitarse a este modelo. La recarga de EV es diferente: una buena estrategia, respaldada por las tácticas adecuadas, permite a tu empresa reducir costes.
Si tenemos en cuenta la elevada demanda de recarga en los lugares de trabajo y los hogares, las flotas tienen muchas razones para integrar la infraestructura de recarga de EV en los edificios de su propiedad. Se puede ahorrar combinando el almacenamiento de energía y el software de gestión energética:
- Puede añadirse sin costosas obras de ingeniería civil, a menudo asociadas a las actualizaciones de la red.
- Permite a los usuarios almacenar energía fuera de horas punta y cualquier energía renovable autogenerada que puedan poner a disposición a partir de fuentes como la generación solar fotovoltaica in situ.
- La energía almacenada, de bajo coste, puede utilizarse en los momentos de mayor demanda, lo que se conoce como “ahorro de picos”, ya que reduce la carga de la red.
Con los vehículos tradicionales de gasolina o gasóleo, el ahorro de energía se reduce en gran medida a los precios en el surtidor. La recarga de vehículos eléctricos es digital, por lo que el ahorro va mucho más allá del precio del combustible. Si tu empresa invierte en la infraestructura adecuada, puede ahorrar en cada una de sus facturas de energía. Adoptar un enfoque holístico por adelantado puede evitar problemas de gestión de la energía y costosas actualizaciones de la red.
Buenas razones para elegir servicios integrados de EV
Llegados a este punto, es posible que te preguntes cómo desarrollar una estrategia de electrificación de la flota basada en maximizar el potencial de la red y el retorno de la inversión. El primer paso es elegir las mejores soluciones para tu flota, las que pueden ayudarte a escalar. A continuación, te mostramos lo que puedes hacer con el software adecuado y una infraestructura correctamente diseñada:
- Ejecutar simulaciones para crear diferentes escenarios con el objetivo de reducir el riesgo de la inversión y construir la infraestructura adecuada para hoy y mañana.
- Utilizar una infraestructura de recarga modular para tu flota y para usos externos (como cuando los visitantes aparcan en tu empresa) mezclando cargadores normales y de alta velocidad (CA y CC) según sea necesario.
- Analizar los datos de tu flota para controlar el consumo eléctrico y los costes, tanto si tus vehículos están en la carretera como si están aparcados en el aparcamiento de tu empresa o en casa del conductor.
- Controlar el coste total de propiedad de tu red de cargadores y el coste total de la movilidad.
- Supervisar el rendimiento energético de tu edificio, gestionar los activos energéticos de forma segura y ampliar la infraestructura para obtener más capacidad o más potencia cuando sea necesario.
Y lo que es más importante, quieres garantizar la continuidad de tu negocio. Necesitas una estrategia de recarga de EV que permita a tu equipo cambiar los vehículos de combustión interna por EV de forma estructurada y óptima, y ampliar la infraestructura cuando sea necesario. Y todo apoyo es poco para tus operaciones y para tu equipo durante la transición de tu flota.
Sacar el máximo partido a la transición implica contratar y gestionar varios proveedores de servicios de EV. Al igual que Webfleet, Eaton es socio de la Plataforma de Servicios de EV de Bridgestone, que integra datos de movilidad y energía para agilizar estos procesos. ¿Quieres profundizar más en lo que he comentado aquí? No dudes en descargar la guía esencial de Eaton sobre recarga de flotas EV.
